Mentiras en la Web

Mentiras en la Web

Soy duro con Susana. Amable con Agustina. Surrealista con Mariana. Imperfecto con Andrea. Mis múltiples personalidades desparramadas en la Web. En un chat. En un correo de Gmail. No debo perder el hilo de la historia. Me conecto. Y todas encantadas. Yo encantado. Eso creo. Ellas también hacen lo mismo. Eso creo. Vivimos en un mundo de engaño a carta cabal. Total. Fijamos horarios para los vínculos. Damos ignorar. Aceptar. Entramos en gris. Nos ponemos verdes. Luego nuevamente gris. Apagamos los celulares. Prendemos los celulares. Funciona. Todo funciona. Y Oscar Wilde que ya no está. Que podría escribir su obra maestra. Su gran obra sobre el engaño universal. Sobre la estupidez humana. Yo le digo te quiero a Susana. Susana que le dice que lo ama a Roque. Roque que le habla a Agustina de su encuentro en Medellín. Mariana que tiembla de amor por Susana. Susana que desprecia a Mariana. Andrea que odia a José con quien, en un día gris, lluvioso de otoño, tuvo sexo en un hotel en Algeciras. Todo el mundo caliente, sórdido, mentiroso y genial. Inventando mundos palpitantes, mundos paralelos. Palabras y más palabras para el viento. Para el cuento. Para nada. El fingimiento de la puta madre. A carta cabal. Con mucha velocidad. Y nos acostamos encantados. Agotados. Engañados. Dormimos. Luego un hilo de saliva baja de nuestros labios. Soñamos con Sea Harriers estacionados sobre nuestras cabezas. En medio de un lago infestado de caimanes. Luego despertamos como si nada. Como siempre. Y volvemos a lo mismo. No podemos parar. Nos conectamos. Nuevamente nos conectamos. Volvemos a lo mismo. A mentir. Fingir. Luego me pongo gris cuando te pones verde.


2 comentarios:

Rp.

Menos face y más book.

igual y...tal vez apenas somos lo que podemos. con el mundo.*